miércoles, 25 de mayo de 2022

Cuando escribo

 Hoy me encuentro en un dilema y es si creer y confiar o ser feliz de mi manera... Cuando hemos sido felices solos, es complicado ser feliz con una pareja, más aún cuando empezamos a desconfiar, porque recordamos el pasado donde la soledad era sencilla de llevar, realmente creo que la soledad es más fácil de llevar, porque cuando te encuentras a ti mismo, empiezas a estar muy cómodo, sin esperar nada de nadie y aun cuando se extraña a un ser el cual te acompañe, la cama se vuelve más cómoda con el tiempo, el silencio se llena con tu propia voz y conversaciones contigo mismo, esas que hoy extraño. 

Es verdad que hace un tiempo que no estoy totalmente sola, cuando terminé mi antigua relación, me centre en mis proyectos y empecé a construir una nueva, pero acompañada de la que hoy es mi pareja, y aunque la fase de enamoramiento paso, y aun amo a esa persona, parece desconocida de un tiempo para acá, se comporta de formas en las que oculta las cosas, dice amar, pero sigue haciendo cosas que hacen daño, y se está convirtiendo en un ser que se siente cómodo de saber que su pareja ( que soy yo) está segura esperándolo en casa, y que cae a sus pies con disculpas de cambios que nunca llegan ( como los políticos) y es verdad que lo amo, pero también sé que el tiempo pasa, y las vendas de la ceguera del amor se caen y  ya no estoy segura que el amor pueda con todo, más cuando desde mi posición me siento cada vez más abajo en un rango inexistente en una relación del año en curso. 

 Hoy, cuando vi la calle transitada de mucha gente en la ciudad en la que vivo, caigo en cuenta que estas calles por las cuales transita mi mente y que se enfrasca, ya las hemos recorrido de arriba para abajo y que no hay que tener miedo de volver a caminar por ellas, porque a veces en la vida, cuando se caminan las mismas calles se ven y se sienten cosas nuevas, que las cosas dentro de nosotros cambian, que encerrarse en lo sentimientos y tratar de entenderlos es complejo y que a veces es mejor soltar y dejar fluir. No sé si vuelva a ser soltera, pero de lo que estoy segura, es que, si debo volver a pasar por las calles sin pareja, abre aprendido algo que, aunque sabía parece que se olvidara cuando caminas en pareja, y es simple, la mejor compañía para la vida, eres tú mismo, amándote y entendiendo que lo perfecto a veces no se disfruta en compañía. 

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